El saber no ocupa lugar, la biblioteca digital tampoco ¿Biblioteca física o digital? En este post, podrás ver las ventajas que una biblioteca digital le puede proporcionar a tu práctica jurídica.

Si consideramos que una de las tragedias de la humanidad fue el incendio de la biblioteca de Alejandría —donde se encontraba todo el saber de occidente— y lo contrastamos con el hecho de que hoy toda esa información cabe en un celular, teniendo una biblioteca digital, podemos decir que hemos avanzado.

Los libros —como diría Borges: “esa extensión de nuestra mente y nuestra imaginación”— también obtuvieron nuevos formatos y te ofrecen otra fluidez a la hora de estudiar y ejercer tu práctica jurídica. Por lo tanto, se convirtieron en un recurso fundamental para los abogados del futuro.

Por eso decidimos escribir este post sobre las formas de complementarse que tienen una biblioteca digital y una de libros impresos. ¿Cuál formato debemos elegir? La respuesta es obvia y al final te la contamos.

¡Seguí leyendo!

A favor de libros impresos

La tangibilidad

El primer punto a favor del libro físico es que es un objeto tangible que podemos llevarlo con nosotros en nuestro día a día. Y aunque no sea digital, también es una tecnología, ya que la imprenta de Gutemberg representó un salto cualitativo similar al de la revolución industrial y al de la aparición de Internet.

La manipulación

La forma de vincularnos con el contenido también es muy diferente, su textura, su confección y su diagramación nos llega con otra fuerza cuando tenemos un libro entre las manos. Ni que hablar de entrar en una biblioteca, a veces cuando percibimos, pasaron horas y seguimos hojeando libros.

La interacción social

Que tire la primera piedra quien nunca pidió un libro prestado y no lo devolvió. De la misma forma, también alguna vez prestaste un libro y nunca te lo devolvieron. Sea como sea, ese tipo de vínculo nos resulta placentero porque nos retrotrae a otra época en la que no existían las redes sociales e interactuábamos con menos personas de una forma más profunda.

La desconexión digital

Estar todo el día disponibles, online, recibiendo llamadas, mensajes instantáneos, emails, chats, notificaciones, ofertas y publicidades, entre otras muchas posibilidades, le han dado a los libros el poder de la desconexión. Modo avión en el celular, notebook apagado, música de fondo y comenzamos el viaje con nuestra imaginación.

Lo que muestran de nosotros

El prestigio es un valor importantísimo en el mundo de los negocios y en los ámbitos académicos. Ahora que vivimos la época del trabajo remoto y de las conferencias por Zoom, nos hemos acostumbrado a ver fondos con bibliotecas. Los libros nos ayudan también a marcar nuestra posición y mostrar parte de nuestra personalidad.

El charme

Y para finalizar un atributo que la palabra francesa charme define muy bien, elegancia, refinamiento y carisma. Los libros nos han encantado por milenios y ayudado a comprender el mundo.

A favor de las bibliotecas digitales

Ceci n'est pas une livre

El saber no ocupa lugar, ¡una biblioteca digital tampoco! Los libros digitales tienen 2 dimensiones, por lo tanto, técnicamente no existen. Es como la obra de René Magritte “Ceci n'est pas une pipe”. Por eso son tan prácticos, cumplen las funciones básicas de un libro sin causarnos problemas logísticos de mantenimiento, transporte ni almacenamiento.

El acceso

Y, como viajan por el aire y se pueden reproducir ilimitadamente, acceder a ellos también es muy simple. Principalmente cuando estamos estudiando, tenemos que consultar varios libros distintos, por eso es innegable su practicidad cuando se trata de consultar y adquirir conocimientos en un contexto de formación constante.

La compartibilidad

Compartibilidad, una característica que se impuso gracias a las redes sociales. No solo para compartirlos socialmente, sino también para compartirlo con un grupo de estudios o equipo de trabajo en diversos formatos y dispositivos. Sin dudas, poder colaborar cada vez más con sus colegas y clientes es fundamental para los abogados del futuro.

Su uso

Debemos admitir que los libros electrónicos son mucho más funcionales que los libros físicos a la hora de estudiar. Más aún si pensamos en que los desarrolladores crean cada vez más funciones que nos permiten destacar textos, guardar citas, subrayar frases, entre otras posibilidades.

La centralidad del usuario

Otra ventaja es que los libros digitales son productos propios de la época en que la experiencia del cliente ganó centralidad. Por lo tanto, están hechos para adaptarse a quien los está leyendo, así, los abogados del futuro pueden dedicarse mucho más a su estrategia.

La interacción

Dentro del ítem experiencia del cliente, tenemos también un factor relevante que es la proactividad de las plataformas de libros electrónicos para recomendarnos autores basándose en nuestros datos de navegación.

La conservación

Alejandría hubiera estado mucho más tranquila si además de la biblioteca tuviera un backup en un HD externo como respaldo. En el mundo virtual de dos dimensiones el tiempo no existe, por lo tanto, los libros no se deterioran ni se queman ni se manchan ni se vuelven ilegibles por la humedad.

El resultado

En conclusión, los libros impresos son excelentes como compañeros de nuestros mejores momentos, pero los libros digitales son la mejor opción para estudiar y para obtener información profesional.

Esto representa un gran desafío, ya que por la naturaleza de nuestro trabajo necesitamos información confiable para tomar decisiones. Por eso, no solo tenemos que conocer y acostumbrarnos a los ebooks, sino también aprovechar todas las ventajas y posibilidades que nos ofrece el formato digital:

●      Actualización constante

●      Mayor cantidad de contenidos

●      Menor precio

●      Movilidad sin límites

●      Consultas eficientes

●      Personalización

●      Ahorro de espacio

●      Entrega inmediata

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