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El metaverso. ¿Un nuevo entorno para la justicia en clave virtual? En este artículo analizaremos cómo el metaverso podrá convertirse en un ámbito adecuado para la gestión de los procesos judiciales en línea.
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El metaverso, un entorno virtual que combina múltiples tecnologías como la realidad virtual, la realidad aumentada, la inteligencia artificial y el blockchain, tiene el objetivo de que las personas puedan involucrarse de manera plena en la world wide web.

Este entorno se presenta como un nuevo espacio de interacción social, económica, política y cultural que ocasionará nuevos retos y la justicia no estará exenta de ello, ya que tarde o temprano tendrá que resolver los conflictos que se generen allí, con motivo de:

  • las relaciones sociales que se generen;
  • las transacciones financieras que se realicen 
  • los nuevos delitos que se cometan.

Al mismo tiempo, vivimos un acercamiento más empático, intuitivo y enriquecedor en la experiencia de la ciudadanía con el servicio de Justicia. Por eso, en este artículo analizaremos si el metaverso podrá convertirse en un ámbito adecuado para la gestión de los procesos judiciales en línea.

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¿Qué es el metaverso?

El término viene del griego "meta" (más allá de) y de la palabra "universo": más allá del universo. Como concepto fue acuñado en la novela de ciencia ficción "Snow Crash", escrita y publicada por el norteamericano Neal Stephenson en el año 1992.

En este libro, el autor define al metaverso como un entorno inmersivo de tipo tridimensional, un espacio en línea en donde usuarias y usuarios pueden interactuar entre sí —sociabilizando, realizando negocios o divirtiéndose— utilizando solo al mundo real como metáfora, es decir, tan solo para poder crear una nueva vida paralela al mundo físico.

Hoy, en el mundo real, los metaversos nos pueden llevar a vivir la realidad en un modo virtual, sincrónico, directo e inmersivo, atravesando distintas capas tecnológicas que permiten aprovechar ciertos aspectos de la vida cotidiana a los que antes solo podíamos asistir, participar o involucrarnos únicamente de forma física. Un cambio de paradigma para internet.

Una experiencia nueva que no está anclada en ninguna tecnología emergente o disruptiva, sino que gira alrededor de cada una de ellas para cumplir la finalidad de cada espacio. Por esta razón, no se los puede definir sobre la base de una sola tecnología disruptiva, sino que cada uno de ellos compartirá distintas herramientas digitales para que cada entorno cobre vida y significado.

El campo de acción de la justicia metaversiana

El metaverso es una infraestructura tecnológica que llegará para revolucionar, además del concepto web de interacción social, el ámbito económico, político y cultural. 

¿De qué manera la administración de justicia mundial gestionará esta nueva realidad tecnológica? ¿Cómo afrontará este cambio de paradigma en todas sus facetas? ¿Cuándo tomará la iniciativa de adoptar este tipo de infraestructuras que superan el formato digital actual?

Es fundamental elaborar un plan de acción que profundice el proceso de digitalización actual y cuyos propósitos sean:

  • invertir en tecnología avanzada;
  • un nuevo modelo de prestación de servicio virtual y de administración de justicia;
  • un entorno que garantice el cumplimiento de los intereses legítimos de las tecnologías emergentes.

Estas proyecciones tendrán su enfoque en la gestión integral de los procesos y es, precisamente, ahí donde se puede generar el punto de encuentro entre el Poder Judicial y el metaverso:

  1. planificando un modelo de prestación de justicia virtual al compás del desarrollo de la nueva infraestructura que llegará en unos años;
  2. proyectando una prestación del servicio que suprima el grado de burocracia judicial sobre la base de la interacción, interoperabilidad, accesibilidad, inmediatez y celeridad.

Pero, ¿qué pasaría si las brechas que separan la innovación de la justicia se redujesen en forma ostensible y en pocos años nos enfrentásemos a una nueva realidad virtual? ¿Podrían los tribunales concebir verdaderamente al metaverso como un nuevo entorno para la prestación del servicio de justicia?

Un espacio en donde abogadas, abogados, juezas, jueces, peritos, fiscales y toda la sociedad pueda interactuar en forma inmersiva y/o multisensorial, sin moverse del lugar en donde se encuentren, involucrándose con el resto, surge más como una necesidad que como un deseo propio de una sociedad venidera.

Puede ser una herramienta para mejorar el sistema de trabajo remoto actual, así como también para permitir el funcionamiento de una justicia verdaderamente virtual. Será el nivel de necesidad o el grado de insatisfacción que posea la sociedad con respecto a la utilización del modelo actual de prestación de servicio digital, el que acelere la utilización de un modelo interactivo que viene para quedarse.

Estructura actual y futura

Analizando el estado actual de las cosas, comparar determinadas funcionalidades digitales de la prestación del servicio actual frente a las que promete el mundo metaversiano, nos permiten concluir en determinados puntos sin mayores obstáculos que comentaremos a continuación.

Accesibilidad: el carácter intuitivo como puerta de entrada a la justicia

Una cuestión crítica que puede enfrentar el metaverso es la posibilidad de acceder verdaderamente al entorno judicial en forma remota.

El acceso virtual no comprende solo la oportunidad de obtener información con respecto a un proceso determinado, constituye el hecho de ingresar y ser parte de un sistema robusto, definido por un carácter intuitivo y amigable que tenga la plataforma para que las personas se sientan incluidas en el entorno. 

Asimismo, este problema no se aborda en términos de "navegación", sino de condiciones interactivas que permitan —entre otras cosas— comprender verdaderamente la información que está otorgando el servicio en línea.

Las actividades procesales se siguen realizando presencialmente o por herramientas informáticas que están por fuera de la esfera del gobierno judicial, lo que, en definitiva, profundiza la utilización de un sistema escriturario que no se corresponde con estos tiempos.

Al mismo tiempo, vale tener en cuenta que los servicios de infraestructura digital tienen por objeto satisfacer necesidades, así que los déficits o brechas que se generan en el acceso a la prestación pueden manifestarse en distintas facetas; y una de ellas es la calidad del servicio.

Por ello, es que en materia de accesibilidad se impone la reducción de la brecha digital en sentido amplio, en esa línea de pensamiento no caben dudas de que el metaverso puede ocasionar un gran aporte en materia de accesibilidad para dotar al sistema de un entorno intuitivo, amigable y por demás interactivo. 

Edificios, videoconferencias y entorno virtual

El servicio de justicia se desenvuelve en un ámbito predominantemente dominado por una estructura material. Como solución a este desafío se comenzaron a utilizar distintas plataformas en línea que canalizaron parte de esta actividad procesal.

Pese a ese esfuerzo, los portales de acceso remoto aún no se erigen como verdaderos "ingresos" al Poder Judicial, pues solo ofrecen un reducido volumen de información y permiten un escaso nivel de interacción.

La verdad es que estas herramientas informáticas no vinculan a la ciudadanía con la magistratura en un modo íntegro. En términos de gestión, el formato interactivo actual ofrece escasas opciones para realizar actividades propias de un esquema presencial que profundizan el procedimiento escriturario y chocan con la agilidad del sistema.

Bajo este enfoque, no caben dudas de que el desarrollo de un metaverso para la justicia puede ser una gran oportunidad. Un entorno digital de interacción plena que le permita a las personas reunirse en espacios virtuales como si estuvieran físicamente, interactuar en forma intuitiva y realizar todo tipo de actos que surtan efectos procesales, puede consagrar el principio de acceso a la justicia y alentar a la resolución de los conflictos en línea en forma eficiente.

Descentralización

El concepto de descentralización está asociado al movimiento que procura distribuir territorialmente un poder determinado, transfiriendo competencias decisorias y la titularidad de ellas, desde una administración hacia otra.

Encontrándonos inmersos en la era digital, la idea de transferencia de poder supera el concepto territorial y enfoca la discusión en la delegación de la autoridad de gestión. 

La construcción de un entorno judicial virtual estaría dada por la centralización de la infraestructura, otorgando el pleno control a la administración de justicia en las actividades que se realicen, en el resguardo de los datos sensibles y en el control del espacio.

Presencialidad vs. virtualidad

La presencialidad es otro tema sensible, porque para la administración de justicia, la celebración de audiencias, es un insumo importante para nutrir la toma de la decisión judicial. 

Hasta la incorporación de la tecnología, hablar de presencialidad mayormente implicaba hablar de inmediación. Es decir, no existía inmediación si contábamos con la presencia física de las personas. De ahí que la ciencia procesalística consagrara a esta necesidad como un principio básico para la gestión del proceso. 

Sin embargo, iniciado el proceso de digitalización y el uso de las plataformas virtuales para realizar determinados actos procesales, este concepto también adquirió un nuevo significado, porque el contacto inmediato ya no se produce por la presencia física, sino mediante un conducto informático que permite audio visualizar un entorno determinado.

Es evidente que los resultados que se obtienen a través de una comunicación personal o tomando contacto con las cosas en forma física no son los mismos que cuando se realizan a distancia. Gran parte de la comunicación humana se efectúa por medio de lenguaje no verbal y ello, indudablemente, encuentra sus límites en los canales actuales de comunicación digital, ya que toda acción positiva u omisiva, hesitativa o mendaz se ve sustancialmente limitada en cuanto a su percepción en el entorno actual.

El metaverso puede consagrar este principio de presencialidad o inmediación en clave digital por medio de su infraestructura de realidad virtual o aumentada, generando una experiencia multisensorial que dote de mayor información a nuestro cerebro para tomar decisiones más precisas.

Litigantes y avatares

En la web actual el acceso a los sistemas o portales de gestión judicial se lleva a cabo por medio de un registro que las personas deben realizar previamente para poder interactuar con el trámite de los procesos judiciales.

En pocas palabras, este proceso permite interactuar con el sistema en línea de la administración de justicia para poder observar el movimiento de las causas y los actos procesales cumplidos, sin mayor interacción.

El mundo del metaverso supera esa lógica interactiva al introducir figuras animadas propias del entorno inmersivo como son los avatares, apariencias representativas o gráficas de las personas en el mundo virtual. 

De este modo, presentes en un momento en donde las plataformas judiciales se encuentren montadas sobre esta infraestructura venidera, podremos mejorar ostensiblemente nuestra experiencia interactiva y el acceso a estos nuevos sistemas de gestión potenciarán nuestra participación a través de una inmediación virtual. 

Con esta posibilidad, podremos pensar en la plena interacción entre las partes, celebración de conciliaciones, cuartos intermedios, relaciones sociales, lectura de escritos en formato interactivo sin apertura de ventanas, traslados de oficinas sin distancia física, etc. Podrán replicarse, e incluso generarse, cualquier tipo de experiencia judicial.

La validación

Hablemos ahora de la validación de la identidad de las personas que interactúan con la administración de justicia, teniendo en cuenta que el avance tecnológico alteró los conceptos de escritos, notificaciones y sentencias, revistiéndolos de electrónicos y transformó el método de identificación procesal.

Judicialmente, el problema de la identificación posee varios tratamientos cuando el acto es realizado en el ámbito interno de los tribunales o fuera de los mismos, las normas exigen distintas formas para garantizar la autoría, autenticidad e integridad de los actos procesales.

En el metaverso, la identificación de las personas y las garantías de privacidad serán cruciales tanto para interactuar, como para realizar cualquier tipo de actividad que genere efectos jurídicos. 

Será fundamental trabajar en credenciales verificables que se puedan estructurar fácilmente para permitir una identificación más fácil o un acceso configurable a diferentes ubicaciones y experiencias del mundo virtual. El futuro deberá proveer de identidades digitales suficientes para interactuar en modo seguro con las plataformas y que también superen el conflicto del reconocimiento de firma digital en el exterior.

Conclusión

Lo que antes considerábamos ciencia ficción empieza a ocurrir. El metaverso aparece como una infraestructura sin fronteras que traerá consigo un cambio de paradigma y que afectará la gestión de los procesos organizacionales.

En el plano judicial, no solo implicaría una renovación en la tecnología empleada para reconfigurar tareas, sino que traería consigo una nueva forma de administrar recursos.

Por lo tanto, nos ofrece una oportunidad para cambiar el eje de discusión y poner verdaderamente a la ciudadanía en el centro del debate, diseñando políticas públicas jurisdiccionales enfocadas en la experiencia de las/os usuarias/os del servicio y sustentadas en la oferta-demanda sociojudicial para eliminar aquellos obstáculos que impiden consagrar el acceso a la justicia, que ayuden a comprender la información en forma sencilla, clara y accesible y obtener sentencias justas en plazos razonables y a bajo costo.

Tal vez, el metaverso llegue no solo para enriquecer la experiencia de la ciudadanía en la interacción con la justicia, sino también para aportar nuevas estructuras de administración con sustento en las tecnologías emergentes. 

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